Las
características propias del Evangelio de Mateo quedan de manifiesto con
especial claridad mediante una comparación con el de Marcos y el de Lucas.
Mateo excede a Marcos en una considerable cantidad de material — 1068
versículos frente a 661 de Marcos y no es muy inferior en extensión a la obra
de Lucas (1149 v.).
La
mayor parte del material ofrecido por Marcos se encuentra también en Mateo,
sólo, en cuanto se trata de pasajes narrativos, en una forma de exposición
mucho más sucinta. En el material ofrecido por Mateo y no por Marcos, aparte de
la historia de la infancia se trata, casi en su totalidad, de sentencias y
discursos (entre éstos, 12 parábolas). De éste se encuentran unos 240 v., esto
es, 1/5 de la totalidad de su Evangelio, también en Lucas, pero casi siempre en
otros contextos, y una cantidad aproximadamente igual, esto es, unos 260 v.,
son exclusivos del primer evangelista.
El
propósito principal de Mateo es presentar a Jesús como al maestro mesiánico de
Israel, que proclama su nuevo mensaje «como quien tiene autoridad» (7,29). Por
ello quedan en primera línea y en posición dominante las palabras y discursos
de Jesús, y los pasajes narrativos y los milagros pasan a segundo lugar.
En
este punto deja verse una distinción de principio entre el primer Evangelio y
el de Marcos: es que los milagros, narrados con una gran plasticidad, ocupan el
primer plano, y los discursos, aparte de algunas excepciones (cap. 4,7 y 13)
van formando sólo una parte de la narración, en la que, por lo demás, se repite
con frecuencia que Jesús enseñaba o instruía, pero sin que se nos dé el
contenido de su instrucción.
También
en la estructura de toda su obra se distingue Mateo de los otros dos
sinópticos. Aunque tampoco Marcos ofrece una relación de tipo cronológico sobre
el desarrollo de la actividad pública de Jesús, se puede con todo observar, en
el principio con arreglo al que está ordenado su material, cierto proceso, que,
en líneas generales, coincide seguramente con la realidad histórica de los
hechos.
También
Lucas muestra cierto empeño en ajustar los datos que le ofrecían sus distintas
fuentes en una narración claramente progresiva, en cuanto se lo permitía el
carácter de esas fuentes, y concede, además, al punto de vista geográfico un
significado decisivo en la estructura de su Evangelio. En cambio, el principio
determinante de la estructura del Evangelio de Marco es de tipo claramente
sistemático.
Mateo
coloca unos junto a otros, en la medida de lo posible, pasajes que ofrecen
entre sí algún contacto o analogía temáticos, sin tener en cuenta para nada su
contexto o situación originaria histórica, formando con ellos nuevas y extensas
unidades. En ello se pone de manifiesto tanto su capacidad literaria como
también la libertad y soberanía con que maneja el material ofrecido por la
tradición.
Este
principio ordenador puede reconocerse sobre todo en las seis grandes
composiciones oratorias de su Evangelio, el sermón de la montaña (cap. 5-7), la
instrucción a los discípulos (9,35-11,1), el discurso de las parábolas (cap.
13), el discurso sobre el espíritu que debe animar al discípulo (cap. 18), el
discurso contra los escribas y los fariseos (cap. 23) y el gran discurso
escatológico (cap. 24-25).
Mateo
cierra todos estos discursos, con excepción del que se contiene en el cap. 23,
con la misma fórmula final, hecho con el que hace patente al lector la
importancia que les es propia dentro del plan de su obra.
En
estos discursos van incluidos los temas fundamentales de la predicación de
Jesús. Ninguno de ellos es una repetición del otro y todos juntos constituyen
una unidad cerrada.
La
sistemática que preside la composición de Mateo queda ya patente en los
discursos, si se consideran aisladamente: los puntos de unión y las soldaduras
son fáciles de reconocer y buen número de pasajes, sobre todo sentencias
breves, no se adaptan sin violencia al nuevo marco asignado por Mateo.
Más
claros quedan aún estos hechos procediendo a una comparación con los otros dos
sinópticos, en los cuales se encuentran los mismos pasajes, en su mayor parte
en otros contextos y distribuidos por capítulos diferentes.
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